La fibromialgia, esa sombra que acompaña a muchos con dolor crónico generalizado, fatiga y sensibilidad, a menudo trae consigo un compañero no deseado: los trastornos del sueño. Para quienes viven con fibromialgia, una noche de descanso reparador puede parecer un sueño esquivo. El dolor constante, la incomodidad y otros síntomas pueden convertir el acto de dormir en una lucha, dificultando conciliar el sueño, permanecer dormido o alcanzar ese sueño profundo y restaurador que tanto se anhela. En este artículo, nos adentraremos en los trastornos del sueño más comunes que afectan a las personas con fibromialgia y ofreceremos estrategias prácticas para mejorar la higiene del sueño, buscando romper ese círculo vicioso de dolor y falta de descanso.

Trastornos del sueño comunes en la fibromialgia:

Apnea del sueño:

  • Las interrupciones en la respiración durante el sueño son más comunes en personas con fibromialgia.
  • Se cree que la fibromialgia puede afectar los músculos de las vías respiratorias superiores, aumentando el riesgo de apnea del sueño.
  • La falta de sueño reparador que se produce por la apnea, aumenta el dolor.

Trastornos del ritmo circadiano:

  • Las alteraciones en el ciclo sueño-vigilia pueden dificultar el sueño regular.
  • Las personas con fibromialgia a menudo tienen dificultades para regular su ciclo de sueño-vigilia.
  • La llamada “niebla mental” que sufren muchos pacientes de fibromialgia, puede exacerbar los problemas relacionados con los ritmos circadianos.

Sueño no reparador:

  • Despertar con sensación de cansancio y falta de energía es un síntoma frecuente en la fibromialgia.
  • Incluso cuando se duerme suficiente, las personas con fibromialgia a menudo no alcanzan las fases de sueño profundo.
  • Este tipo de sueño, es uno de los que más influye en el aumento del dolor, y la fatiga.

Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) o Enfermedad de Willis-Ekbom:

  • Este trastorno neurológico se manifiesta como una necesidad imperiosa de mover las piernas, a menudo acompañada de sensaciones desagradables.
  • Su presencia es más frecuente en personas con fibromialgia, y el dolor propio de esta condición puede exacerbar los síntomas del SPI.
  • El SPI puede fragmentar el sueño, provocando despertares frecuentes y, como consecuencia, fatiga diurna.

Insomnio:

  • La dificultad para iniciar o mantener el sueño es un problema habitual en quienes padecen fibromialgia.
  • El dolor crónico, la fatiga y el estrés asociados a la fibromialgia pueden contribuir al insomnio, y la falta de sueño, a su vez, puede intensificar los síntomas de la fibromialgia.

Estrategias para mejorar la higiene del sueño:

  • Establecer un horario de sueño regular: Acostarse y levantarse a la misma hora cada día, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico.
  • Crear un ambiente de sueño relajante: Un dormitorio oscuro, tranquilo y fresco favorece el descanso.
  • Practicar técnicas de relajación antes de dormir: La meditación, la respiración profunda o un baño caliente pueden relajar el cuerpo y la mente.
  • Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse: Estas sustancias pueden interferir con el sueño.
  • Realizar ejercicio regular, pero no justo antes de dormir: El ejercicio mejora el sueño, pero es mejor evitarlo unas horas antes.
  • La importancia de la luz solar: Exponerse a la luz solar durante el día ayuda a regular el ritmo circadiano.
  • La importancia de las siestas: Las siestas cortas alivian la fatiga diurna, pero las largas o tardías pueden interferir con el sueño nocturno.

El sueño reparador es fundamental para manejar la fibromialgia. Al abordar los trastornos del sueño y adoptar hábitos de higiene del sueño, las personas con fibromialgia pueden romper el círculo vicioso de dolor y falta de descanso, mejorando su calidad de vida.

Si tienes fibromialgia y sufres trastornos del sueño, busca ayuda profesional. Un médico o especialista en sueño puede identificar y tratar problemas subyacentes y recomendar estrategias para mejorar tu descanso.